Planificar tu camino al éxito
Como todos sabemos, planificar es una de las herramientas más útiles para alcanzar el éxito. Steve Jobs no se despertó una mañana cualquiera y creó el iPhone; Barack Obama no se despertó un día y simplemente se convirtió en el Presidente de los Estados Unidos. Nosotros, si bien en una escala menor, también tenemos un plan para alcanzar el éxito personal.
En los negocios, la planificación tiene un papel tan importante como en la vida. Como soy Gerente de Cuentas en una agencia de traducción a nivel mundial, mi día gira en torno la planificación. Tengo una rutina que sigo todos los días. Vengo a trabajar, armo una lista de cosas que tengo que hacer, y las voy tachando una por una a medida que transcurre el día, y no me voy de la oficina hasta que haya tachado todas, ¿pero qué pasa con la planificación a largo plazo? ¿Cómo prevemos lo que sucederá la semana que viene? ¿Y el mes que viene? ¿Y el año que viene?
Todos los viernes, mi compañía tiene un taller semanal. Hablamos de las estrategias de ventas, de las técnicas de negociación, y básicamente de todo lo que tenga que ver con desarrollar un equipo de ventas exitoso. El viernes pasado hablamos de Planificación. En la primera parte del taller, vimos diferentes maneras de planificar para uno mismo. Todos tuvimos más o menos las mismas ideas: organizarnos, realizar seguimientos, armar una lista, etc. En la segunda parte del taller, las cosas se complicaron un poco más. ¿Cómo planifica el futuro una empresa si no sabe las futuras necesidades de sus clientes? Se nos ocurrieron muy buenas ideas: llamar al cliente y preguntarle si puede brindarnos información con respecto a su futura carga de trabajo, pero en la industria de la traducción, por lo menos en el nicho en el que trabajamos, parece que los proyectos simplemente «surgen de repente».
Honestamente, lo único que puedo decir que realmente aprendí sobre planificación en este taller es que hay que planificar para uno mismo. Asegurarse de estar organizado, asegurarse de tener los recursos disponibles, asegurarse de tener un plan de contingencia en caso de que algo falle y estar listo para cualquier imprevisto que surja, porque sin importar cuánto planifiquemos, el futuro de nuestro negocio está en manos de nuestros clientes.