Jóvenes intérpretes
Algunos niños hoy en día, en los Estados Unidos, están ayudando a sus padres en una forma única: actuando como sus traductores e intérpretes personales. Los padres que no hablan ni entienden inglés obtienen la ayuda de sus hijos en cualquier actividad: desde pedir una pizza o al realizar una consulta médica. ¿Es esto una habilidad útil para los niños o crea un conflicto de intereses para padres que optan por la solución más fácil?
Con los extensos enclaves de distintos idiomas en todos los Estados Unidos, no es infrecuente que la gente viva durante años o incluso décadas sin aprender a comunicarse en inglés. En ciertas áreas, como la ciudad de Nueva York, el sur de Florida, etc., el inglés simplemente no es una necesidad para algunos. La vida diaria se puede vivir en español, polaco o coreano. Los niños, sin embargo, tienen mucha más exposición y pueden hablar inglés en la escuela y su idioma en casa.
¿Qué sucede entonces cuando los padres asisten a una conferencia de padres y maestros o se les diagnostica una enfermedad que requiere cuidados y atención especiales? ¿Se puede imponer a los niños esta responsabilidad?
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